No me resulta sencillo escribiros estas líneas. Lo hago pocas horas antes de tomar un avión para iniciar lo que primero fue un sueño, luego una meta y ahora una ilusionante realidad. Esa ilusión viene acompañada por dos sensaciones encontradas: la pena por tener que dejar atrás Fuenlabrada y el inmenso agradecimiento al club y a sus aficionados.
Quiero dejar muy claro que irme ahora es una decisión personal exclusivamente mía. El club ha procurado en todo momento que me quedara hasta el final de temporada, pero siento que tengo delante una oportunidad que no puede esperar y por ello he decidido dar este paso al frente para incorporarme de inmediato a la NBA.
Me llevo el mejor recuerdo posible de todas y cada una de las personas con las que he trabajado y convivido en Fuenlabrada. Quiero agradecer a todos los entrenadores que aquí he tenido, desde mi etapa en el Illescas hasta hoy, porque me han enseñado a entender este juego y me han ayudado a mejorar cada día. Igualmente a los trabajadores del club, todo han sido facilidades por su parte para que los jugadores sólo tengamos que preocuparnos por lo que pasa dentro de la pista.
Por supuesto, gracias a todos los aficionados del Baloncesto Fuenlabrada por vuestro constante apoyo. Ha sido magnífico sentir vuestro ánimo tanto en casa como en los partidos de visitante con vuestros múltiples viajes. Me llevo el recuerdo del pabellón Fernando Martín animando, disfrutando y celebrando de la mano con el equipo.
Qué puedo decir de lo vivido en ese magnífico vestuario del Fuenla. Desde el primer día me sentí integrado porque hemos formado estas temporadas un grupo maravilloso del que me llevo auténticas amistades. Ya os lo he dicho en persona a los compañeros de este año, y quiero trasladarlo desde aquí a los de temporadas anteriores.
En definitiva, Fuenlabrada va a estar siempre conmigo porque ha sido mi casa durante los últimos años, el club cuyos dirigentes tuvieron la valentía de apostar por mí para jugar en la segunda mejor liga del mundo cuando era un auténtico desconocido en el baloncesto español. Me duele dejar ahora un vacío en el equipo, pero al mismo tiempo confío plenamente en el buen trabajo de sus responsables en la pista y en los despachos para seguir haciendo del Fuenlabrada el club ejemplar que es.
Os seguiré desde la lejanía, sufriré con las derrotas y me alegraré con las victorias porque siempre seré de este equipo. ¡Aúpa Fuenla!
Gustavo Ayón Aguirre
Fuente: Fuenlabrada
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