El basquetbolista mexicano Gustavo Ayón siempre soñó con jugar en la NBA, y eso se hizo realidad con la llegada del año nuevo. El 1 de enero, este nayarita nacido en Tepic hace 26 años, saltó de la banca y lució orgulloso el uniforme de Nueva Orleans.
Ayón jugó esa noche dos minutos y tres segundos en la derrota 96-80 de los Hornets en California frente aSacramento Kings. Fue poco tiempo para mostrar las cualidades que lo trajeron a la NBA, pero ya tendrá más oportunidades.
Esta torre de dos metros y ocho centímetros visitará Houston cuando los Hornets se midan el 19 de enero con los Rockets en el Toyota Center y desde Luisiana envió "un saludo muy afectuoso a toda la gente mexicana e hispana que vive y trabaja en los Estados Unidos. Que Dios los bendiga y que tengan salud, amor, paz y prosperidad durante todo el 2012".
Ayón es considerado como uno de los mejores jugadores del básquetbol universitario de México. Brilló en la liga profesional de su país con los Halcones de Xalapa y luego emigró a España, donde viene de jugar para el Fuenlabrada.
En 2006, luego de ser bicampeón universitario en México con la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, fue becado para seguir sus estudios en California y tratar de jugar para San Jose State University.
Sin embargo, este monumental centro nunca pudo jugar con los Spartans en el baloncesto universitario de EE.UU. y decidió regresar ese mismo año a México, donde firmó con los Halcones de Xalapa, equipo con el que también consiguió un bicampeonato.
Ayón decidió emigrar y probar suerte en Europa. Allí debutó en la temporada 2009 para el Fuenlabrada, con el que jugó hasta llegar a Nueva Orleans, con cortos pasos también por Illescas y Tenerife, además de también reforzar a los Marinos de Anzoategui en Venezuela.
Tras ser presentado como nuevo jugador de los Hornets, Ayón habló en exclusiva con La Voz en Luisiana sobre la saga que lo trajo a la NBA.
PREGUNTA: ¿Cómo te sientes al convertirte en el tercer mexicano que llega a la NBA?
RESPUESTA:Muy contento, honrado por estar aquí, representando a México, y feliz. Muy feliz de llegar al fin a cumplir este sueño de jugar en la NBA. Y con mucha ilusión, muchas ganas de hacer bien las cosas.
P: ¿Qué sientes al ser considerado ahora una figura histórica del básquetbol mexicano por el simple hecho de estar aquí, en la NBA?
R: Mucho orgullo y mucha humildad. El básquetbol es el segundo deporte más practicado en México, después del soccer; y pues, no fue una tarea fácil. No fue nada fácil llegar aquí. Muchos sacrificios, muchos obstáculos, y pues lo importante, lo difícil, es no sólo llegar, sino el quedarse por muchos, muchos años más.
P: ¿Cómo piensas lograr una presencia si no permanente, si por lo menos por los tres años de tu contrato y ganarte una extensión?
R: Como todo en la vida... con esfuerzo, con dedicación, con mucha humildad. Yo creo que el talento, es algo que Dios nos lo da, y es la obligación de uno, el cuidarse, de tomar las cosas en serio, de no dejar de pensar que hay muchos allá afuera, que por circunstancias, no por falta de talento, ni siquiera llegan a jugar amateur, y menos llegar a este nivel. Uno es bendecido, por no sólo tener el talento, pero también la fortuna de que las cosas se dieron, para poder jugar en la universidad, de manera profesional, primero en México, y después en el extranjero. Primero en España, y ahora, aquí en Nueva Orleans. Bendecido y fortuito, es la mejor manera de poder quedarse, y agregando la disciplina y la constancia.
P: ¿Cuál es el reto inmediato?
R: Aprender inglés, ja ja ja. Hay que echarle ganas al inglés, aquí uno de los asistentes del coach habla español... (pero) quiero aprender inglés para poder moverme aquí en mi nueva casa y poder comunicarme con mis nuevos compañeros.
P: Regresando al tema de ser el tercer mexicano en la historia de la NBA. ¿Piensas que esto te presenta algún tipo de responsabilidad extra?
R: Bueno, creo que cuando uno sale de su país, donde quiera que vaya en el extranjero, uno tiene que dar su mejor cara, para dar una digna representación de su nación. Soy el tercer mexicano si, pero hay miles de hispanos que atienden los partidos de la NBA alrededor de toda la nación. Y soy uno de millones de inmigrantes mexicanos que viene a los Estados Unidos para ganarse el pan de cada día. Creo que lo mínimo que se merece esa gente es que actúe con dignidad y que juegue bien el juego que amo, y que defienda mi nueva camiseta con lo mejor de mí, para ganarme así el respeto de mis compañeros y de la afición de Nuevo Orleans. Creo que si hago así las cosas, el resto cae por sí solo, y las cosas serán positivas y trascendentales.
P: ¿Te ves aquí por mucho tiempo con los Hornets o deseas llegar a otro equipo de mayor jerarquía en la NBA?
R: Mi contrato es por tres años, con opción. Así que, por lo menos por los siguientes años no existe para mi otro equipo que no sea los Hornets. Daré lo mejor de mí, cada partido y cada temporada. Y con la ayuda de Dios, mantenerme sano y sin lesiones. Espero que los números y los juegos que ganemos se conviertan en campeonatos, y pues bien. Ahí, ver que hacemos y ver qué pasa.
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