"Equidad" no es lo mismo que "Igualdad"

Existe una enorme necesidad de que las mujeres basquetbolistas realmente sean consideradas “PROFESIONALES”, esta por iniciar en Abril próximo la temporada regular 2015 en su segunda edición,y como dicen ellas mismas #UnidasPodemos #MujeresProfesionales #MujeresBasquetbolistas empezar a darles  el lugar que se merecen.

 Aprovechando este espacio, me gustaría, una reflexión en torno a las mujeres en el deporte en nuestro país; y quisiera hacerlo bajo el principio de la igualdad, y es que la situación de la mujer en el deporte no es la ideal, pues forma parte de una desigualdad social, donde las mujeres se han encontrado en desventaja respecto a los hombres. Son muchas las mujeres que practican deporte, como actividad profesional, pero permanecen invisibles para sus estructuras deportivas, asociaciones y para la propia Administración Pública. Y no nos engañemos aún más, las ligas en las que participan son consideradas como asimiladas a las profesionales masculinas.

No existe la protección debida en el ámbito de contratos, salarios, seguros médicos y de vida dentro de su carácter de deportistas profesionales, la igualdad entre hombres y mujeres en el deporte profesional es una quimera. El deporte femenino no da dinero porque no se invierte en él y no se invierte en él porque no se valora a las personas que lo hacen, simple y llanamente porque son mujeres.


Las dificultades para sobrevivir y mantener equipos femeninos son una constante que está llevando a gran parte de nuestras deportistas a tener que emigrar para poder vivir de su deporte de manera profesional. Sí, ganan campeonatos, traen oros, dejan la vida en cada entrenamiento, pero, ¿cuántas posibilidades tienen de iniciarse, desarrollarse como deportistas de élite y continuar sus carreras profesionales? ¿Cuántas personas conocen de su esfuerzo? ¿Quién reconoce sus hazañas? Los medios de comunicación no hacen mucho caso. El argumento “el deporte femenino no da dinero”.

La participación de la mujer en el deporte no es diferente a la historia de ésta en la sociedad.
El deporte competitivo debe ser considerado como una actividad, entre las demás, donde la mujer pueda desarrollarse al igual que los hombres, como en política, ciencias o cualquier otra actividad, con igualdad de oportunidades para obtener los mejores resultados. En este sentido, la equidad en el deporte es buscar para las mujeres las mismas oportunidades para desarrollarse en todas las facetas del ámbito deportivo, pues en la realidad han encontrado obstáculos y barreras erigidas por los estereotipos culturales.

Detrás de los escritorios, en el campo de juego, los consultorios, las pistas y en las mesas de arbitraje, en el alto rendimiento, el ámbito escolar o las canchas públicas, hay mujeres que rompen esquemas, sin remuneración, pero que lleva implícito el mayor pago: la satisfacción de no quedarse en la sombra y brillar con luz propia en una sociedad que aún ve con renuencia su liderazgo.


Hoy podemos afirmar que existe un amateurismo casi generalizado del deporte femenino y me gustaría pensar que me equivoco y que la igualdad entre los sexos camina hacia delante, pero en realidad no sólo constato las diferencias en contra de las mujeres, sino cómo las dificultades aumentan más en estos tiempos de crisis, o cuéntenme e intenten convencerme que lo hemos conseguido, háblenme de respeto, de un mundo que otorga el mismo valor a las personas sin mirar entre sus piernas.





Violeta

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