Tres madres Una misma pasión


UNA MISMA PASIÓN

Ser atleta de alto rendimiento significa tener una vida con muchos sacrificios, pasar más tiempo en el gimnasio para mejorar su técnica y cumplir su sueño, llegar a lo más alto y muchas veces dejar a un lado a la familia y amigos.

Pero ser madre y deportista a la vez no es nada sencillo, y NORTE reconoce la labor de todas aquellas que se “parten en dos” para triunfar en la vida y ganarse el respeto y admiración de todos aquellos que las rodean.

Ellas son madres de familia y deportistas destacadas que alternan con gran éxito ambas actividades, sin descuidar a su familia y cumpliendo con los deberes profesionales.

Una como pocas

Azucena de Anda Morfin, jugadora de basquetbol de las Inditas de la UACJ, reconoció que es difícil alternar esta actividad con la de madre, debido a que también sigue estudiando.

“Mi historia de madre ha sido lo mejor en mi vida, es difícil, porque aún estudio la universidad, juego y tengo que atender tanto a mi hijo como a mi esposo pero no me puedo quejar, gracias a Dios que me dio esta familia tan maravillosa y si no fuera por el apoyo de mi esposo creo que no pudiera ser la deportista como hasta ahora lo he representando”, señaló De Anda a NORTE.

La joven madre es una deportista consumada y que ha vestido la camiseta de la Selección Mexicana reconoció que es un poco pesado este rol, pero le ayuda a autorrealizarse personalmente y estar al pendiente de su hijo de 10 meses, lo cual le ha dado grandes satisfacciones.



“Ha habido veces que me he llevado al niño, otras veces me he llevado a mi esposo y a mi hijo y otras veces los he dejado en casa y pues he podido cumplir con cada una de las cosas que Dios ha puesto en mi camino como lo es mi hijo, mi esposo, mi estudio y carrera deportiva con mis familiares y con todas mis amistades, pero gracias por todo el apoyo incondicional de la gente que aún cree en mí y que hasta ahora sigo saliendo adelante”, mencionó la jugadora nacida en Guadalajara, Jalisco.

Para la medallista de plata en los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 el hecho de haberse embarazado no representa el fin de su carrera deportiva, más bien un segundo aire que puede traer muchas alegrías.

“El ser madre te deja una lección enorme en la vida que ya tienes por quién vivir y seguir adelante”, puntualizó.

Madre, abuela y juez

La levantadora y juez de pesas Alejandra Matus es madre y abuela, consideró que todo es cuestión de organizarse y compaginar el trabajo profesional con las labores del hogar.

“Ahorita estoy descansando, tengo desde octubre pasado sin entrenar, pero cuando me estoy preparando para una competencia he tenido la fortuna de ser muy apoyada por mis hijas, me ayudan con las tareas del hogar algunas veces me ayudan hasta preparando la comida de la dieta”, dijo la juez de los Juegos Parapanamericanos de Guadalajara 2011, en la disciplina de levantamiento de pesas.

Matus tuvo que pasar un periodo de asimilación luego que tras una enfermedad se alejó de los escenarios deportivos pero el nacimiento de su nieta le ha cambiado la vida.

“Por unas operaciones que tuve y que me tengo que hacer he dejado el deporte por un tiempo, y me ha podido mucho pero el nacimiento de mi nieta me ha llenado ese vacío y sólo pensar en ella me hace feliz”, dijo.

“Ale” ha logrado títulos mundiales en su categoría en campeonatos realizados en Irlanda y Alemania, entre otros sitios, y narró sus inicios en que se trasladaba al gimnasio con sus “tesoros”, como ella les llama a sus hijas, pero nunca ha perdido el buen humor a pesar de pasar por difíciles momentos.

“Cuando eran pequeñas temprano saliendo de la escuela las ponía a hacer la tarea, comíamos y ya luego yo me iba a entrenar, de hecho fue todo tan natural que hasta ahorita no me lo había preguntando, el deporte me ha dejado, aparte de viajar, ser diferente, y que mis hijas sientan el orgullo de verme ganar”, finalizó la orgullosa madre de dos jóvenes mujeres y abuela de una niña de 5 meses.

Disfruta su rol

Verónica Arroyos Morales, basquetbolista y entrenadora, disfruta al máximo ser madre.

“La verdad es algo que disfruto al máximo, el ser madre es lo más bello que Dios me dio, el ser entrenadora y poder compartir con los niños todo lo que he aprendido es justo lo que yo que deseo”, dijo Arroyos.

Arroyos Morales agradece el apoyo de su esposo para salir adelante con sus hijos a pesar que lo ha dejado cuando ha tenido la oportunidad de viajar para representar a nuestro país.

“Bueno es difícil pero ya están grandes y el apoyo de mi esposo es el que me saca adelante y representar a mi país México”, analizó.

Verónica tiene tres hijos, dos niñas y un niño, el varón es el menor con 5 años, se llama Derek, mientras que la retoña mayor de la basquetbolista tiene 16 primaveras, se llama Stephanie, y después sigue Stephen, con 8.

Verónica es hermana del destacado basquetbolista de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, José Luis “Satanás” Arroyos, la jugadora en estos momentos se recupera en Seatlle, Estados Unidos, por un incidente que resultó herida de bala y una operación de cáncer en el riñón izquierdo por lo que su regresó a la duelas en estos momentos está descartado, pero dice que su motivación es ver creer a sus “tesoros”, como le llama a sus hijos.

- Por Juan Carlos Soberanes para Norte Digital.
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