Juegos Centroámericanos México 1990: Un futuro expectante

Juegos Centroamericanos de Noviembre-Diciembre de 1990
Un triunfo Memorable: Un futuro expectante.
Nadie, nadie duda de la importancia de los logros de las Selecciones Nacionales, pero eso no avala cualquier acción futura, por tanto, ahora es más importante el proceso de planeación y concentración del basquetbol mexicano a nivel doméstico, a nivel de trabajo diario.

    Grandioso triunfo del basquetbol varonil en los pasados Juegos Centroamericanos, lograron un primer lugar que hacía mucho tiempo no se lograba, y poniendo en la voz de la opinión pública, nacional e internacional, en alto el nombre de México.
     El trabajo de la Selección femenil no fue menos halagador. Solamente sucumbieron ante el representativo de Cuba, catalogado entre los cuatro primeros lugares mundiales, obteniendo finalemente un segundo lugar con sabor a victoria.
    Ahora que, el triunfo varonil mostró una nueva faceta de nuestro basquetbol, Guerrero y Pontvianne conjuntaron un grupo plagado de jugadores jóvenes, altos, fuertes y con un deseo inmenso de destacar a nivel internacional.
  No cabe duda de que Guerrero sacó a relucir todo ese colmillo internacional que aprendió en sus años como jugador. Decidió jugar primero contra el cuarto lugar mundial, Puerto Rico, sabiendo de antemano que no venían preparados y no contaban con la mayoría de sus grandes “Superestrellas”.
    México dominó a Puerto Rico en la primera confrontación, como después lo dominó Cuba y estuvieron a punto de hacerlo Bahamas y República Dominicana.
   Este primer triunfo, dotó de toda la confianza a los mexicanos, ya que no batallaron para derrotar a Bahamas y a Dominicana, para cerrar con broche de oro, derrotando a Cuba.
   México tuvo dos partidos vitales. Primeramente contra Cuba en la primera ronda, y posteriormente contra Puerto Rico en la gran Final.
   En contra de los cubanos lograron aprovechar la lastimadura del centro titular cubano Loangel Loaces y dominaron ampliamente los tableros defensivos y ofensivos, controlando los rompimientos cubanos y a su máximo encestador Leonardo Pérez.
    A la ofensiva, Arroyos simplemente lució arrollador, cooperando con canastas importantes Toño Reyes, “Palimta” González y Polo Torres.

    En el enfrentamiento contra Puerto Rico, se jugó por nota, ante el asombro de “Superman”, “Piculín” Ortiz, ya que tanto la fanaticada boricua, como directivos, entrenador y jugadores de Puerto Rico confiaban que su inclusión fuera determinante para que ganara su equipo.
    Sin embargo, el magnífico marcaje a que sometió “Palmita” González a “Piculín” y la ayuda prestada por Toño Reyes, extranguló las posibilidades ofensivas de “borinqueño”.
    Ni fico López, Edwin Pellot, “Papote” Agosto u Orlando Marrero pudieron dañara los mexicanos.
    En este partido la cooperación ofensiva no recayó tanto en Arroyos, sino que Reyes, “Palmita”, Polo y compañía pudieron dominar plenamente el débil ataque de los “borinqueños”.
     Al final, sin duda alguna, la persona más contenta era el presidente de la Federación, el Lic Julio Ortiz que opinó que …”el triunfo de este equipo es muestra de la excelente preparación a que se había sometido el equipo mexicano tanto en juegos previos al torneo como en atenciones hacia los jugadores, creo que con este triunfo comienza nuevamente el despeque del basquetbol mexicano a nivel internacional”.
  
      Y para los que piensan sobre quien es el causante directo de este triunfo, el entrenador Arturo Guerrero, fue una respuesta al apoyo de los jugadores ya que son una gran “familia” y contribuyeron con todo su esfuerzo sacrificando dinero y tiempo con la familia.
    Guerrero, se dice, imprimió una nueva mística al seleccionado nacional, les enseñó que ganar es lo más importante y la única meta a la que se tiene que llegar. Los jugadores lo asimilaron y mostraron la imagen de la victoria.
   El Gimnasio “Juan de la Barrera” volvió a lucir como en la olimpiada de 1968, plétorico, lleno a su máxima capacidad, dando todo el apoyo al representativo nacional.
   Un gran torneo, tanto por el apoyo brindado por el público, que se puede decir, volvió nuevamente al basquetbol; por el esfuerzo de los directivos, entrenadores y jugadores y por volver nuevamente a los primeros planos a niveles internacionales.
   ¿Qué SIGUE? ¿PODEMOS ECHAR LAS CAMPANAS AL VUELO?
    Para mucha gente, este triunfo representó el inicio de una era de victorias, de éxitos: para otras, fue el refeljo del excelente trabajo que está llevando a cabo la nueva administración del basquetbol mexicano; y otros más, el reflejo de la eficiencia, cuando se quieren hacer bien las cosas y la muestra del real nivel del basquetbol mexicano jugado por mexicanos.
    Sin embargo….¿podemos decir misión cumplida?
    Arturo Guerrero y otra gente entendida del medio basquetbolero, lo mencionó: “Ahora es cuando más debemos cuidarnos y prepararnos, ya que para el Centrobasquet todos querrán tirarnos a dar”.
    ¡Y será cierto!
    No podemos argumentar que no fue imporante el triunfo mexicano, pero hay que analizar que tan real lo es.
   Bahamas no es una potencia en el basquetbol, el equipo que lo representó no se dedica a jugar basquétbol, sino que lo practican como “hobbie”.
    Además se conjuntaron con solamente una semana de trabajo previo al inicio de los juegos, y más, la cerca de decena de jugadores de esta isla participan en las universidades norteamericanas no representaron a su país en este evento.
   De esta forma…¿Era una potencia?
   Republica
   Puerto Rico presentó una imagen que demostraba más “vedetismo” que competitividad. Tuvieron una escasa preparación, presentaron un roster al que le faltaban 8 jugadores que habían sido la columna vertebral del equipo que consiguió el cuarto lugar mundial. Todos pensaban que la llegada del “Piculín” Ortiz solucionaría los problemas del equipo, pero demostraron que les hace falta algo más que eso.
   Cuba, sin duda, el mejor equipo preparado para la contienda, todo un año en giras y viajes. Al principio del torneo se vieron como el enemigo a vencer, sin embargo, conforme avanzó el torneo se vieron disminuidos, con un Lazaro Borrell fuera de forma y desconcentrado, con los dos jugadores  veteranos totalmente desconcentrados como Loaces.
   En su juego determinante, contra de México, mostraron “inmadurez química” –como le llamó Carmelo Ortega, entrenador cubano, agregando: “Tuvimos nuestro peor encuentro contra los mexicanos, esto servirá a nuestros jugadores jóvenes”.
   De México  es el mérito de llegar bien preparado, como ya hacía mucho tiempo no se le veía, de llegar químicamente en buena disposición para ganar el campeonato y, sin duda alguna, de creer que podían hacerlo.
   Ahora lo que viene es lo más difícil, mostrar en el próximo Centrobasket a celebrarse en México, en Abril el próximo año en Guadalajara, Jalisco, que en realidad pueden sostenerse como los mejores de esta zona.
   La misión es difícil. Puerto Rico juró venganza a través del entrenador Raymond Dalmau, Cuba buscará reivindicarse ante la proximidad de los
 Juegos Panamericanos; Dominicana, Islas Vírgenes, Panamá y alguna otra sorpresa tratará de dar un paso más hacia las olimpiadas.
   Pero mientras tanto…Bravo México.
-Jorge Ramirez Mota, artículo en la revista “Superestrellas” de Jorge Ramirez Mota, número 25, Febrero de 1991.
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1 comentarios:

  1. que juegos fueron esos, ese edwin pellot botaba tan bien que un solo jugador no lo paraba, el palmita en su mero mole pivoteando, como el chango lopez, castellanos, los viejos eran el nazi y arroyos, al que poco lo llamaban era a tavo robles, y toñito lento pero con mucha disposición.

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