Reportaje a Gustavo Ayón

El gigantón de 206 centímetros que detuvo al Barça tras 20 victorias seguidas, el que mostró al campeón de Europa el camino de la derrota por primera vez en 2011, no sólo no había jugado a baloncesto cuando cumplió 18 años. "Hasta que entré en la universidad, no sabía ni quién era Jordan, ni Kobe Bryant, apenas conocía lo que era la NBA", confiesa Gustavo Ayón (Tepic, México, 1985), que ahora tiene claro que jugará en la mejor liga de baloncesto del mundo. El mánager general y los ojeadores de los Lakers, presentes en Fuenlabrada, tomaron nota del joven que acababa de meter 24 puntos y capturar ocho rebotes en 24 minutos ante el líder.
Ayón se crió en Zapotán, una especie de Macondo remoto en México, un pequeño pueblo "de unos 450 habitantes" donde era "el más alto con diferencia", donde no había salas de cine y la señal televisiva era "casi nula". Aislado de los medios de comunicación, el joven, que jugaba a voleibol, desconocía lo que era la NBA.
«Con 17 años, no sabía ni quién era Jordan», dice la joya del Fuenlabrada
Hasta que, a los 18 años, toda su vida dio un vuelco. Llegó a la universidad, se alejó de la aldea, empezó a jugar al baloncesto y conoció a la que todavía es su pareja, Claudia, con la que hoy vive "a dos calles" del polideportivo Fernando Martín. Y gracias a ella descubrió el cine, también de manera tardía. "Se rió de mí cuando le dije que nunca había ido. Tenía 18 años y fuimos a ver La terminal. Ahora es un vicio y podemos ver la cartelera entera en tres semanas".
Como estudiante de periodismo, llegó a entrevistar a Felipe Calderón cuando el hoy presidente mexicano era todavía candidato. "Rompió el hielo consultándome cuánto medía y riéndose, y yo le hice preguntas de novato. Al menos aprobé", recuerda entre sonrisas.
Pero no es el periodismo lo que da de comer a Ayón. Es el jugador más valorado del Fuenlabrada desde que Batista se fue al Baskonia para compensar con su venta el mal momento económico del equipo, que se mantiene en zona de fase final pese a tener uno de los presupuestos más bajos de la ACB y seguir sin patrocinador.
Tras iniciarse en la universidad mexicana y ser becado en la San José State californiana, Ayón debutó como profesional en México con sólo cuatro años de práctica a sus espaldas. El Fuenlabrada le echó el ojo, pero lo vio verde para la ACB y lo cedió hasta en tres ocasiones. "Fue duro. No había venido para jugar en la tercera división".
Tuvo paciencia y ahora celebra las enseñanzas de Maldonado, su técnico: "¡Dios mío, cómo he podido pasar siete años sin aprender esto!". Para acelerar su progresión, es el último en abandonar la sesión. Todo con tal de convertirse en el segundo mexicano en llegar a la NBA. Eso sí, sin olvidar su origen de aldeano. "Cuando me retire, espero regresar a Zapotán a cuidar las vacas, los caballos y a trabajar en el campo".

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